«Vivo»

Microcuento

– «Cof Cof»- Una limpia tos terminó por romper el hielo reinante. Él se encontraba sentado en su cama.

-«Mire mis manos. ¡Estoy coloradito! Mis colores están más vivos que nunca.»
Sólo me limité a sonreirle. Aunque era verdad. Se veía tranquilo y de muy buena salud. Estaba mirando sus manos, cuando me dí cuenta que había comenzado a abrocharse la camisa.

-«El traje me queda algo apretado, pero, es un esfuerzo que hay que hacer, ¿Cierto?.»-Dijo mientras se colocaba la corbata. No quise asentir.- «En pocas ocasiones me he vestido así de elegante. Usted sabe, para ocasiones especiales vale la pena echarse una manito de gato jajaja. Sobre todo para una ocasión tan esperada como esta.»
Se incorporó del borde de la cama, se terminó de vestir, y fue caminando tranquilamente hacia el baño. Lo seguí, no por miedo de que huyera, sino por respeto.
Se paró frente al espejo, tomó un navajín, mojó el hisopo y lo untó en el jabón, y comenzó a rasurarse la cara.
-«Jamás me acostumbraré a esa crema para afeitar. Pareciera que uno nunca se afeitara con ella. Uno no se da ni cuenta, y la barba ya se va. En cambio afeitándome de esta manera… Siento que realmente estoy afeitándome.»
Sin haberse mojado el traje, termino de afeitarse, y procedió a peinar sus canas. Su cabellera era abundante. Con su edad, cualquiera pensaría en un hombre calvo.

Habiendo ya terminado de asearse, se miro al espejo, sonrió, y me preguntó.

-«Ya estoy listo. Sé que viví más de lo esperado. ¡Pero no desperdicié nada de vida!»

Creí ver sus ojos humedecidos. Creí escuchar una voz temblorosa. Me acerqué a él lentamente, y puse mi mano sobre su hombro. No acostumbro a hablar, pero este sujeto me despertaba respeto.

-«Gracias«- Solamente eso pude decir. Mi silenciosa y fría voz retumbó en la habitación. Acto seguido, lo envolví con mi manto maldito, y en un entumecimiento reconfortante, Baltazar, ya de 159 años de edad, cayó lentamente dormido. Rígido. Le cerré los ojos, y me lo llevé, a descansar, lejos de este cuarto, lejos de ese cuerpo terrenal tan envejecido, tan cansado.