Con un llanto como prueba de vida
el poema en mí alumbró.
Gateó entre líneas, erró en mi mente y corazón
y nunca creció, se asentó perenne y no marchitó.
Quedó como poema de niño:
de rima fácil, de verso escrito,
de boca risueña que pide cariño,
que come manzanas y canta en un grito
Pero se enamoró de la prosa
y en negro amor se inmoló.
Conoció el sufrimiento del sol en el desierto
de un grito ahogado en la desesperación.
Maduró y adquirió alas, mente y razón.
No dudó en volar lejos, rumbo a la luna,
lienzo bohemio de tinta nocturna
que un poeta vagabundo en su hoja derramó.
Y un verso rebelde que escapó
huyó lejos, lejos, donde el poema nunca imaginó.
Rescatado de un cuaderno viejo…
Nunca me gustó como me quedó la verdad, pero la idea me gustaba. Aùn asì lo transcribo tal cual…
Saludos!